Con la presencia de dos figuras diferentes, en lo
musical y lo personal, el mexicano Héctor Infanzón y Diego ‘El Cigala’, quienes
ofrecieron lo más puro de sus propuestas, finalizó anoche el festival Oasis
Jazz U 2015.
El primero en aparecer en el escenario del Oasis
Arena fue el capitalino Infanzón, quien acompañado de Enrique Nativitas en la
batería, Luis Gómez en las percusiones y Adrián Infanzón en el bajo, entregó al
público que agotó el aforo el proyecto que actualmente promueve.
Se trata de ‘Citadino’, propuesta que recoge los
sonidos, imágenes, recuerdos y hasta olores del Centro Histórico, que
gustosamente habita el jazzista, para sacar de ellos música en la que conviven
el Latin Jazz con los ritmos tradicionales de México y América Latina.
Para ello, y como lo explicó en entrevista el día
antes de su presentación, retoma sonidos de la calle, los mezcla y del
resultado encuentra ritmos tradicionales como un son, una cumbia o un
guaguancó.
Fue el caso de la pieza ‘Qué lío’, en la que eran
claras las resonancias de los danzantes prehispánicos que sobre todo los fines
de semana se pueden encontrar en las cercanías del Zócalo de la capital del
país.
Otros temas que interpretó el músico mexicano con
su cuarteto, mismas que previamente anunciaba y daba una breve explicación de
lo que evocaban, fueron ‘Vago’, ‘Como en feria’, ‘No porque me acuerde’, ‘Qué
lío’ y ‘El Zócalo’, en todas sobre la pantalla del fondo del escenario se
proyectaron imágenes fijas y de video de la capital mexicana, recientes e
históricas.
Sobresalió en la noche su última pieza,
‘Hematofonía para cuatro instrumentos’, en la que los músicos crearon ritmos,
juntos y separados, con sus cuerpos: manos, pies, gargantas, piernas, pechos y
otros que arrancó la emoción del público.
Posteriormente tocó el turno a Diego ‘El Cigala’,
intérprete de flamenco, de cante jondo, que con su característica voz y
personalidad ha logrado presencia internacional, ganador del Grammy Latino a
mejor disco de tango con ‘Romance de la Luna tucumana’.

El músico, acompañado de piano, percusiones,
contrabajo y guitarra, interpretó, como lo había adelantado en la conferencia
de prensa previa, canciones que ya son conocidas de su repertorio así como del
proyecto que está por sacar: ‘Piano y voz’.
Pero sin duda la sorpresa de la noche fue que el músico nacido en España en 1968, pero que también adquirió la nacionalidad dominicana, invitó al escenario al cubano Francisco Céspedes, con quien interpretó ‘Lágrimas negras’.
Después de solventar algunos inconvenientes
técnicos, que le llevaron a cambiar de micrófono, por ejemplo, ‘El Cigala’ se
dedicó a lo que sabe hacer: interpretar temas que le llegan y que en
sentimiento profundo, pasión, devuelve a un público conmovido.
En aproximadamente hora y media de concierto, el
cantante que fue catapultado a la fama internacional con el disco ‘Lágrimas
negras’, acompañado por el pianista cubano Bebo Valdés, hizo lo que es su
especialidad: emocionar al público con su sentimiento al interpretar y cantar.
Por ello, cuando se despedían el intérprete y sus
músicos, los asistentes no dejaron de aplaudir, silbar y gritar hasta lograr el
encore, una pieza más por parte de los músicos.
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